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El estudio chileno «LAND Arquitectos» construye la «Casa Casi Cubo», en Punta de Lobos, a partir de conceptos como filtro, límite y piel, generando un volumen deformado para dar respuesta al entorno, que queda recubierto por un entramado de madera permeable a la luz.

Las obras del estudio LAND Arquitectos, con sede en Santiago de Chile se caracterizan por su compromiso social, su preocupación medioambiental y su apuesta por los valores locales del lugar donde se desarrollan. Sensibilizados con la ecología, sus proyectos abogan por la relación entre urbanismo y territorio, entre arquitectura y paisaje. La Casa Casi Cubo resuelve el programa de una segunda residencia, una vivienda para pasar las vacaciones en la costa, ubicada en una suave ladera en pendiente hacia la playa en Punta de Lobos (Chile).

La volumetría conseguida no recurre a formalismos o figuras concebidas previamente, sino que presenta un carácter abstracto, donde han primado las respuestas a condicionantes del entorno y la orientación. Aspectos como el soleamiento, la protección frente al viento procedente del sur o la apertura hacia las mejores vistas, han condicionado la forma de la edificación.

La casa presenta un cuerpo cerrado y protegido, como un refugio, donde se desarrolla la mayor parte del programa, y que se ve envuelto en una piel permeable a la luz y el viento. Este cerramiento, resuelto con listones de madera de pino, configura el perímetro edificado en tres de los lados de la vivienda. Por el contrario, el frente queda abierto y acristalado, con amplias vistas hacia el mar.

La piel exterior se formaliza como un límite físico pero no visual, al materializarse como un entramado de madera abierto a las vistas, que quedan acotadas y fragmentadas; un filtro que la luz traspasa, dibujando sombras en el pavimento; una cortina que no impide que el viento la atraviese, pero sí que matiza y disminuye su efecto.

La madera domina la imagen exterior que se percibe de la casa, en contraste con el frente acristalado orientado a poniente. La doble piel presenta, en su entramado, un aspecto textil. Los montantes verticales, variando su dimensión en altura, junto a los travesaños dispuestos en alineaciones alternadas, simulan la urdimbre de un tejido.

Entre el corazón protegido de la vivienda y su doble piel surgen espacios intermedios, algunos intersticiales, utilizados para provocar circulaciones perimetrales, pasos angostos y muy acotados, o por el contrario, espacios amplios, semicubiertos, que acogen funciones a desarrollar al aire libre, zonas de estancia, para encender un fuego o preparar una barbacoa.

Destaca el carácter ambiguo de la gran estancia exterior, definida como ampliación de la zona social de la casa, un espacio identificado como de encuentro, situado en el lado norte de la edificación. Acotado, tanto lateralmente como en cubierta, por entramados de madera, se conforma como un espacio híbrido exterior-interior, de percepción cambiante gracias a la variación de luces y sombras arrojadas.

El espacio interior se recrea en la contemplación del paisaje circundante, y se ve alterado por el influjo de la luz y las sombras que desmaterializan, delinean y acotan ambientes y estancias en constante transformación a lo largo del paso del tiempo.

La madera vuelve a ser el material dominante en el interior. Los listones, en tono claro, recubren suelos, techos y cerramientos verticales. El mobiliario asume ese dominio y sucumbe al color blanco. En contraste a la uniformidad, la carpintería emplea tonos negros, mientras la puerta de entrada y las perforaciones de la cubierta estallan en carmín.

La estructura reivindica su autonomía frente a cerramientos y revestimientos. Soportes y vigas, también en madera, contrastan con su color pardo. Las formas inclinadas dibujan separaciones virtuales en el espacio, delimitan ámbitos irreales o enmarcan vistas distorsionadas.

El carácter abierto de los espacios, la transparencia de los cerramientos y la piel permeable al exterior generan visiones pasantes a través de estancias y ámbitos diversos, vistas cruzadas, visuales tamizadas. La riqueza espacial aumenta gracias a la concatenación de situaciones, la combinación de las formas quebradas e inclinadas, o la piel desmaterializada al ser atravesada por la luz.

Noticia recogida en la web https://www.arquitecturayempresa.es/noticia/casa-casi-cubo-de-land-arquitectos. Fotografías de Sergio Pirrone.

El estudio Ábaton concluye en Madrid un edificio de viviendas de 20 metros de altura con estructura de madera.

Asegurando que la madera facilita la construcción, ahorra energía durante la misma, optimiza la superficie útil y multiplica el ahorro energético en el interior de los pisos. Y es que la vieja madera podría ser el material del futuro, más fácilmente remplazable (en bosques reforestados con tala controlada) y más ligera que los costosos y pesados acero y hormigón armado, la madera laminada cruzada CLT pegada a 90 grados es, además, siendo más resistente al fuego y más fácil de manipular. Se trata de un edificio de viviendas con muros de carga, forjados y vigas de madera contralaminada. La prefabricación con elementos y estructura de madera es el sistema constructivo del futuro por el respeto al medio ambiente, y la eficiencia energética y la conservación forestal además de la reducción de los plazos de construcció. Es de destacar la mejora en el ratio de superficie útil/superficie construida y la aportación al confort de las personas que ya están viviendo dentro de edificaciones realizadas con elementos naturales.

Reinventar la estructura de maderaReinventar la estructura de madera

El video  youtube.com/watch de The Economist muestra cómo la madera laminada cruzada CLT es más ignífuga que el acero, que llega a calentarse, o el hormigón. Dee ahi que el CLT sea un nuevo material, una vuelta al pasado con la tecnología presente, pensado para el presente y para el futuro.

Los suelos de roble y la estructura de madera de su edificio de viviendas evitan los puentes térmicos y multiplican la superficie útil. Hacen posible una construcción —con prefabricados de madera CLT— más rápida y más sostenible —con menor emisión de CO2— teniendo un consumo futuro de los habitantes del edificio muy inferior al de una vivienda estándar.

El suelo radiante y refrigerante, con una capa de lana de roca y otra de poliestireno de alta densidad tras una fachada de zinc blanco, completan el aislamiento de un edificio que trata de cuidar el confort de sus inquilinos y la conservación del medio ambiente con lógica y sin temor a mirar hacia atrás para encontrar en la actualización de los materiales una vía de futuro.

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https://elpais.com/elpais/2018/02/09/del_tirador_a_la_ciudad/1518206282_326638.html
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